Después del superexito de su álbum debut, "Welcome to the Pleasure Dome", volvieron con "Liverpool", un disco redondo, según mi opinión, aunque la crítica tardó bastante en apreciarlo; repleto de temas atractivos y con un sonido más maduro y pulido (aunque hay que reconocer que Welcome... es igualmente una joya).
Poco después empezaron los problemas con el cantante Holly Johnson, de un ego muy particular, que impidieron que se cristalizara en el tiempo ese esperado tercer disco de Frankie.
Holly Johnson continuó una aclamada carrera en solitario, como no podía ser de otra manera. Esa voz cargada de furia y profunda resonancia se merece un lugar entre los más destacados cantantes, y tendrá post propio aquí.
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