Tuvo su muy merecido hueco a finales de los ´80, con temas como el primero de la selección, y que brillaron por sus composiciones alegres, libres, divertidas y carentes de cualquier prejuicio, algo no inédito en aquél entonces, pero sí subversivo, sin duda. Era como revivir la tan sonada Movida Madrileña pero por gente del norte (de Vigo, exactamente).
Arropados por el éxito del grupo paralelo de Miguel -los ya mencionados y grandes Siniestro Total- cubrieron un vacío musical casi inexistente, basado en un rocanrol muy clásico y por ende, inmortal.
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