Una vez roto el conjuro de Patricio Rey -ver post anterior-, el genial guitarrista Eduardo Federico Beilinson (llamado Skay Beilinson) inauguró su andadura solitaria en 2002, y desde entonces nos ha legado cinco álbumes sagrados, muy en la onda de sus queridos Redonditos, quizá actualizando un ápice el ya antaño y majestuoso sonido de su grupo madre, pero solo en matices. Tenemos por tanto la suerte de disfrutar una muy lograda continuación - pocas veces conseguida tan bien en casos similares- de un estilo de hacer música. Ave Skay!
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