miércoles, 6 de julio de 2016

Khaled (El lela) - 1988 / (Liberte - Raikoum) - 2009 / (Alech tadi) (1993)

He de decir que no albergo mucha esperanza de que este genial artista guste a nuestro llamado "primer mundo". ¿Y por qué? Fácil, porque es árabe, y con la que está cayendo desde esos lares seguro que existirá un rechazo visceral hacia cualquier cosa emparentada con tíos de bigote, pelo fosco y voz con utilización masiva de vocales.

Sin embargo, seamos serios, estamos hablando de alguien que nada tiene que ver con ese entorno tan turbulento. Es, simplemente, un gran músico fuera de lo que nosotros estamos acostumbrados a escuchar. Nada más. Pero sin embargo el rechazo inconsciente estará ahí. Por ello, este es un ejercicio para el que tenga la buena voluntad de comprender que existen mundos musicales más allá. y algunos muy buenos. Pero para poder llegar a esta música uno debe hacer un análisis crítico basado en los siguientes parámetros:

1) No todo lo que te venden como superlativo lo es. Ni mucho menos.
2) Aquello que suena y resuena en radio y televisión y en programas que toman la música como un reality, no quieren que sepas que hay mucha más vida tras los éxitos manidos y facilones.
3) De hecho, existe más musica fuera de lo que todo el mundo sabe que dentro de lo que la mayoría conoce.
4) El prejuicio nunca fue sana compañía. Tampoco lo es en lo musical.

A pesar, desde nuestro punto de vista, del exceso vocal de las tres primarias, a, e, i, Khaled sabe construir una música muy interesante, con un empleo efectivo del acordeón.
Hablamos de los tiempos de gloria de Khaled, pues a medida que avanzó en su carrera, su fama y éxitos le han revertido en una triste sombra de lo que fue, con música plagada de robótica (sintes programados), y estilo más cercano al vulgo ignaro, de acordes insulsos y machacones. Un reflejo de cómo el becerro de oro, una vez más, puede pervertir un original talento. Aunque no todo es malo, como enseguida comprobaréis.

Mi amigo Wences, ese fantasma sin cuenta en G+ pero artífice y propulsor de este post, tiene algunos temas en palmito, como Bakhta, Hana-Hana, La Camel, Wahrane-Wahrane, Serbi-Serbi, Trygue Lycée, Liberte-Raikoum, El Hierba Wine... y otros.
En algunos coincidimos, pero la discografía de Khaled es muy extensa y es seguro que mi amigo no ha podido acceder a su completa producción. Como sabéis que me tomo esto en serio, he escuchado todos y cada uno de sus discos.
Aquí podéis disponer de una selección final, basada, como siempre, en la capacidad para cambiar o potenciar el estado anímico.





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