Hablamos de José María Sanz Beltrán, cantante español de rock and roll, nacido en 1960.
Una curiosidad: debido a su gran altura, cerca de los dos metros, tuvo una breve incursión de juventud en el baloncesto, entrenando con Garcia Reneses. El apodo de "Loquillo" se lo puso en aquella época el famoso alero "Epi" (Juan Antonio San Epifanio).
Artista a tener en cuenta, y no solo en lo musical; siempre tuvo las ideas bastantes claras y fruto de sus inquietudes ha escrito un par de libros. Me recuerda a Ramoncín en este sentido: dos tipos interesados en la cultura, aunque entre ellos no tengan demasiado que ver.
Por mucho que en varios discos -etapa madura- se rodeó de una gran orquesta (por ejemplo, en Nueve tragos, 1999), ni la voz ni la letra conjuga bien con el intento. Loquillo intenta explorar otros estilos, pero está demasiado lastrado en su chulería para llevar la historia a buen término. El personaje evoluciona, pero debe hacerlo de verdad. Hay cantantes, como el gran Alice Cooper, verbigracia, que cambiaron de manera radical, sobre todo entre 1977 y 1981, pero también cambió su modulación de voz (consultar segunda etapa en el blog para más señas). Pero Loquillo continúa a piñón fijo con su voz. Parece que por el momento no sabe cantar de otra manera.
Nunca creimos que la frescura de sus primeros discos iba a retornar. Pero nos sorprende en 2001 con un fantástico tema, "Deportivo 7", recuperando la línea que le llevó al estrellato. Aunque bien es cierto que ningún Loquillo supera al primigenio. Incluso hace una nueva versión, del que para nosotros es su mejor tema, "Barcelona ciudad". Pero, de nuevo, no logrando superar al original.
Continúa haciendo bien las cosas con su "Arte y Ensayo" (2004), pero en alarde de cosas impropias de un rockero, como demostrar cultura de la buena (véase "Johnny et Silvie").
En 2008 sale a luz el que es por derecho el mejor disco de este artista en conjunto, "Balmoral". Quizá cuando apareció el elenco de fans había menguado mucho, pero lo cierto es que por fin encuentra una voz madura, exenta de la chulería que le caracterizó siempre, pero de manera sorpresiva conserva entera su personalidad. Este es un trabajo muy destacable, con canciones realmente buenas, como son "Memoria de jóvenes airados", "Soy una cámara", "La vida es de los que arriesgan", pero sobre todo esa maravillosa joya llamada lacónicamente "Sol".
Al igual que Alice, Loquillo consiguió al fin un sonido distinto, pero muy bueno. ¡¡Bien hecho!!
A destacar:
> Rocker city - Pégate a mi - María (1983)
> Enamorado de la dependienta de la tienda de patatas fritas - Avenida de la luz (1984)
> Siempre vestida de negro (1988)
> Pregunta más allá - Es la noche (1994)
> Ciudad muerta (1996)
> Transgresiones (1998)
> La sonrisa de Risi (2000)
> Deportivo 7 (2001)
> Soy una cámara - La vida es de los que arriesgan (2008)
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