Ninguno de ellos pertenecen al elenco de los temas más conocidos de Rainbow, pero son todos una exploración al mejor universo del genio.
El primero -mi favorito de siempre- es una composición que aúna tristeza con esperanza. Una absoluta joya que debería ser objeto de escucha en toda casa, aula, y hasta en un congreso de prospectiva, por dar ideas.
Vamos a ello.
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