martes, 21 de enero de 2025

Pete Townshend (Rough boys) - (And i moved) - 1980

Origen: Londres.

Periodo: 1980 - 2000.


Obviamos aquí los experimentos que lanzó en solitario a principios de los años ´70, porque son muy malos y no quiero enturbiar su nombre. Fueron tres discos, fruto de colaboraciones con otros artistas, tributos a Meher Baba (que el tío es interesante, ojo. Incluso su "Don´t worry, be happy" ha pasado al acervo cultural) y temas que se quedaron en el cajón para óperas rock fallidas.

El primer álbum en serio como artista en solitario fue "Empty glass" (1980). Es el mismo año del lanzamiento de "Face Dances" (primer disco que saca The Who tras la muerte de Keith Moon). Algunos críticos echan en cara a Townshend que se reservara las mejores letras para su disco en solitario y no las implementara en Face Dances. A mí me da igual si las letras son mejores (que lo son) en Empty Glass, porque aquí no analizamos poesía sino música, solo música. Las letras son secundarias y siempre lo serán. Es la música la que impera. Por eso Dylan suele ser un rollo, porque este artista, como tantos otros (Leonard Cohen es otro que tal baila) se tenían que haber dedicado a editar libros de poemas. 

Townshend tiene una vena de escritor (de hecho, ha publicado sus memorias escritas por él) que explora mucho en solitario. Las letras en Sumudaba tienen un valor muy tangencial, como debe ser, y en esa pelea de Face Dances contra Empty Glass para mí gana de lejos el buenísimo disco de The Who. Porque Face Dances está plagado de temas atractivos (musicalmente hablando), aunque sus letras sean más vacías que las de Empty Glass, que son en gran medida un poemario. 

Por cierto, que existe la teoría de que Townshend puso ese nombre de vaso vacío haciendo honor a su supuesto alcoholismo, baza que utilizó para abandonar su proyecto madre poco después. Yo creo que fue una excusa mal tirada. De hecho, observando la portada, vemos que se pone un halo de santo...

De cualquier forma, en "Empty glass" hay dos buenísimos temas, que destacan por su buen hacer musical. El resto es para publicar en papel, no en vinilo.

Más allá en el tiempo podríamos destacar solo "English boy" (1993), pero ya lejos de su excelencia.



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